Hola chavalada. Hacía mucho tiempo
que no me pasaba por aquí para ver cómo estos seres, mis egos, llevaban el blog.
Veo que no lo llevan mal del todo. No se
pelean y saben cuándo es el turno de cada uno para publicar sus cositas.
Como en los conciertos, siempre a media actuación es el turno de las presentaciones, y como buen concierto que es éste llegó ese momento.
¿Qué quién soy yo? Pues yo soy YO, y los
demás son mis otros egos. YO canto y mis egos me hacen los coros.
Mucha gente pensará que no existe un YO,
sino que somos una suma de personalidades. Bueno, cada uno que piense lo que quiera. YO
organizo, y mis egos me complementan y me dan sentido. YO a su vez les doy
sentido a ellos.
Como no sé si conocéis a todos mis egos me
dispongo a presentarles con mucho gusto, pues todos son YO.
Empezamos con Don Armando de Brevería, caballero español de otra época, mi ego rancio, seguro de sus ideas, conciso, mi yo observador, reflexivo, ácido y... si, bastante cabrón. No le van las tonterías. Chapado a la antigua.
Sentado desde hace muchos años en la misma mesa de la taberna, en su rincón
oscuro, ve la vida pasar tras sus gafas. Su barba blanca nos deja entrever que
es un tipo sabio.
Le reconoceréis
por comenzar sus divagaciones con las mismas frases: “Me siento en la misma mesa de la taberna, en el rincón oscuro de
siempre, y mientras acaricio mi barba observo a la gente a través de mis gafas,
acompañado de mi amada frasca de vino”.
La siguiente a presentar es Patricia Quimera, mi ego
imaginativo y novelesco, la fantasía y la evocación, mi yo humorístico y terrorífico, lo
real y lo absurdo. Si quieres regalarle algo regálale un bolígrafo y una hoja
en blanco y te regalará un relato molón.
Su imaginación no deja de inventar historias, que como una quimera cree que son
ciertas no siéndolas, aunque a veces pueden parecer reales e incluso puede que lo sean.
Siguiente: Nicolás
Husmea, el marujo del Metro, el ego observador y mi yo curioso.
Seguro que alguna vez yendo en el metro has notado unos ojos que se te
clavaban en la nuca, o has sentido que alguien estaba escuchando lo que decías.
Pues casi seguro que esa persona era Nicolás.
Tiene la habilidad de desplegar su antena receptora de historietas curiosas,
para luego contárnoslas, eso sí, siempre a su manera y desde su perspectiva. Su
medio es el Metro, donde se desenvuelve con soltura. Sus sentidos: el oído y la
vista.
Seguimos con Susi Bemol: el ego
artístico, crítica musical, mi yo compositor y cantante, rimadora profesional...
vamos, que el que mucho abarca poco aprieta, y así le va a Susi.
Debido a su conocimiento profundo de todo lo que rodea a la música es capaz de
tratar temas que no veréis nunca ni en la revista de los 40 Principales, ni en
la Rolling Stones, ni en la Kerrang, ni en la Los + Mejores, pero no porque
ella no quiera (que lo está deseando) sino porque la evitan.
Siempre dispuesta
a hacernos disfrutar con cualquier tema relacionado con la música.
Uno más: Santiago
Siluro, el ego periodístico y mi yo informador, siempre con una exclusiva… a su manera.
Santiago ha sido desde bien joven un periodista frustrado ya que debido a sus
métodos peculiares nunca le quisieron en la Universidad pública, ni en la
privada, ni en ninguna academia, ni tampoco ningún profesor particular quiso
saber nada de él… ni siquiera en la biblioteca.
De esta manera no le quedó otra que aprender él mismo y confiar en su instinto
para encontrar la noticia. Está claro que no todos tenemos el mismo concepto de
noticia, y con Santiago entenderéis el por qué. Por lo menos interesante es
siempre lo que nos trae.
Luego está mi ego más oculto, mi yo sin
identidad, ahogado por una realidad que le empuja hacia un rincón oscuro.
¿Nunca has tenido la sensación de que eso
que estabas pensando era demasiado absurdo para contárselo a alguien? Yo sí.
¿Nunca te has sentido demasiado Mongler al darte cuenta de que estabas
sonriendo por alguna tontuna que rondaba por tu cabeza? Yo sí.
¿Nunca has pensado que esa opinión que tenías sobre un tema no podía estar en
una cabeza medio normal? Yo sí.
Pues ala, aquí estarán todas esas mierdecitas. A lo loco. Diario de un Mongler
recoge todo aquello que nunca te atreves a sacar a la luz y tu ego oculto
quiere hacer público.
Espero que ahora que les conocéis mejor les queráis y les tratéis bien, por lo menos igual que a mí, porque todos soy yo. Un abrizo.
¿Y esto se lo has comentado a tu psicólogo?
ResponderEliminarUn abrizo.