jueves, 31 de octubre de 2013

Nicolás Husmea - A pata

Algo está cambiando, algo está pasando. Me voy a sentar a reflexionar. ¡Nicolás Husmea andando!

¿No me dice el zamanguango que ha ido a pata a currar? Pues sí.
Resulta que había huelga de Metro y se ha vuelto loquísimo y se ha ido andando.

Ya ves, pues se ha ido con la libretilla y nos ha escrito como lo ha vivido, lo que ha visto y que conclusiones ha sacado. Ahí lo dejo.

¡Ah! A veces recordad que tenéis piernas y sirven para andar. Un abrizo.





Nicolás Husmea - A pata


Hoy es un día raro, no sé qué va a ser de mí, hay huelga de Metro. Pero no huelga de menos trenes y eso, no… Paros totales. ¿Qué será de mí? ¿Qué voy a hacer sin mi medio natural? Igual lloro.
Creo que seré fuerte y hoy iré andando. Sí, andando.  Ya noto un sudor frío en las canillas. Pero no puedo dejarme vencer, sé que puedo hacerlo. Va a ser toda una aventura para mí.  ¡Voy a andar por la calle, como una persona!
Nico, piensa que va a ser algo nuevo, y que quizás disfrutes y todo. A las malas será sólo un día, y mañana volverás a tu estación, a tu andén, a tu tren… ¿Y si se alarga la huelga? No, espero que no.
Pues nada, soy fuerte. Abro el portal, pongo un pie en la calle y ya noto el frescor mañanero. Cruzo la calle y ya estoy en ruta. De momento no duele, ha sido suave. Incluso hay más gente en la calle. Si me pasa algo puedo pedirles ayuda. Sé fuerte. Tú puedes.
Respiro hondo, me relajo y emprendo la marcha. Me como un Donut.
Las paradas de autobús están llenas. Pero aunque estuvieran vacías yo ahí no monto. ¿El autobús? El autobús es el enemigo. Nunca podrá hacerle frente al metro, su tecnología, su velocidad, su puntualidad.
Las personas que van en autobús son como zombis. Se colocan todos en fila mirando todos hacia el mismo lado. Sólo 4 o 5 afortunados pueden sentarse en la marquesina mientras que los demás esperarán en la fila, a la intemperie. Que desastre.
Hay un señor con gafas que lee un libro muy gordo. No puedo saber qué libro es porque lo ha forrado con folios en blanco, para no estropear el exterior. Lleva una bandolera cruzada con un periódico dentro, es El País. Lleva una americana de pana y una camisa sin terminar de abotonar.
La chica de al lado masca chicle abriendo la boca todo lo que le da la mandíbula. Escucha música mientras teclea como una loca su móvil con orejas. Negras son sus mallas ajustadísisisimas, rosa su camisa enseñando sujetador negro, y rosa su cinta de la coleta. En los pies unas zapatillas de esas de bailarina tan absurdas.
A su lado una señora con gafas gordas, su pelo lacado y su bolso bien sujeto. En lo que paso por delante se ha quejado 3 veces del transporte público, pero la de rosa no está para tontunas, está a tope con D.J. Perrunillo, el rey del electro-bachata-tango latino.
Podría detenerme en toda la gente de la cola, pero mejor sigo mi camino. Dejamos esto para otro día. Me lo apunto.
Subo por la rampa para pasar por un puente encima de la carretera. Sopla el viento que no veas  y se me descoloca el tupé. Mientras lo coloco veo que todos los coches están parados. Atascazo total. En un sentido veo todo lleno de lucecitas rojas y en el otro todo lleno de lucecitas blancas. Quién lo diría, parece hasta artístico. Le haré una foto. Ya me jodería coger el coche para tardar menos, y estar parado sin poder salir del atasco.
Continuo a lo mío observado como todo el mundo que anda por la calle va escuchando música. Además, andan como si nadie más hubiera en la calle. Lo raro es que no hay colisiones entre ellos. Pasa lo mismo que en las tiendas de ropa, en las que l@s chic@s y las mujeres/hombres parecen zombis en busca de cerebros, e ignoran lo que les rodea. Sólo quieren llegar a su cerebro… digooo su vestido.
Seguro que nadie se ha dado cuenta del grafiti enorme que hay detrás del panel de señalización de la carretera. Joé, ¿quién se habrá subido hasta ahí arriba para escribir algo? Y sobre todo para escribirlo mal. Jugarse la vida para eso… ¿es que nadie se ha dado cuenta? ¡Que es con J! Lo que te digo, zombis. Monge... ains.
Los coches que pasan a mi lado van todos casi vacíos, que ineficiente. Casi todos llevan una sola persona, alguno lleva dos. Y eso que los coches son bien grandes, que estoy en zona pija y hay que fardar de cochaco. Ains… para eficiente mi Metro, que en un vagón podemos ir el 150% de las personas que caben. Se me cae una lagrimita.
Llegamos al semáforo, invento donde los haya. Todos estamos parados esperando como si se tratara de la salida de una carrera.
Algunos empiezan a pisar la carretera, mirando a lo lejos por si pueden cruzar antes de tiempo. Revolucionan el motor pero no se atreven a dar el paso. Todos tienen prisa. Les falta correr parados para no enfriarse. Por fin uno se atreve a cruzar antes de tiempo. Las señoras le miran mal, los padres y las madres les explican a los pequeños que eso está mal, que hay que esperar al muñeco verde. Pero mientras razonan la explicación casi todos han salido corriendo como ñus cruzando el río Mara y ven que el razonamiento explicado les ha dejado solos en esa orilla. Todos los demás ñus han cruzado ya, en rojo eso sí. Los malos ejemplos también son ejemplos, y el niño en cuestión lo tiene claro: Si no está papá puedo cruzar en rojo, todo sea por la supervivencia de mi raza de ñus.
Yo cruzo en verde, que soy legal y cívico… y porque me da miedo, que eso en el Metro no pasa copón.
¡Ala, una bollería! Me quedo pegado al escaparate, viendo a la gente tomarse sus delicias con un cafelín. Que de bollitos ricos. Que de colores. Que de sabores. Que bien huele, recién hecho todo, aaargfff… En cuanto empiezo a babear el encargado sale y me dice que si puedo dejar de salivar todo el escaparate. Le pido perdón y sigo mi camino.
Joder hermano, todo lo que me queda es cuesta arriba. Me da la sensación de que todo el mundo está bajando ¿Sólo subo yo? Igual estoy haciendo algo mal… pero es que tengo que ir arriba, no hay otra.
Ha estado molón el viaje. No sé si mañana habrá huelga de nuevo, pero me da igual porque no me he aburrido en el paseíto. ¿Estaré cambiando? ¿Me divorciaré de mi Metro? No creo, que viene el frío. Jarl.






No hay comentarios:

Publicar un comentario