domingo, 3 de febrero de 2013

Patricia Quimera - La Habitación

Esta semana Patricia Quimera se ha enfadado un poquito conmigo, porque la he dicho que a veces se rayaba un poco escribiendo cosas.

La historia de La Habitación que nos cuenta hoy podría usarse para hacer una peli o algo, de esas rarunas de suspense-mubi-thriller-mubi-terror-mubi-psicológico-mubi.

Después de leerla he tenido que decirle que, aunque es un poco rayada, la historia estaba muy molona. Pero seguía enfadada.

Espero que no deje de mandarme historias.







Patricia Quimera - La Habitación


Él se despierta en la esquina de una habitación, su pelo es largo y sucio y su barba descuidada. Está sentado en la esquina abrazando sus rodillas. Levanta la cabeza con los ojos medio abiertos. La luz le molesta recién despierto.
Mira alrededor, 4 paredes. No hay ventanas, y la luz es de una bombilla que cuelga del techo.Lo único que desentona de las blancas y sucias paredes es una puerta, sin pomo, lisa, siempre cerrada.
Es sólo una madera para él, sabe que es distinta a la pared.
Él no tiene conciencia de qué es una puerta, nunca la vio abrirse. Una pequeña mesa, un retrete, un espejo roto... nada más.

Como cada vez que se despierta la luz está encendida y un plato con comida en la puerta.

Él lleva toda su vida allí metido, no conoce nada más que las 4 paredes. Para él lo normal es que cuando se apague la luz intente dormir, y se despierte cuando la luz le molesta. Esta luz le marca los tiempos. Sabe que cuando la luz se va, hay que dormir. Cuando la luz vuelve la comida aparece en la puerta, no sabe cómo. No sabe qué hace ahí. Nunca ha visto a nadie, con lo que no sabe que pueda existir más gente. No sabe que pueda existir más mundo.
Nunca se ha preguntado como aparece la comida en la puerta, es algo que pasa cada día, y ya está. No sabe por qué la luz se enciende y se apaga.

Un cubo de agua en una esquina le sirve para calmar su sed y quitarse las legañas de los ojos. El agua cada cierto tiempo aparece en el cubo, no sabe por qué, pero nunca se vacía de todo.

Un día le dio por marcar la pared cada vez que abría los ojos con la nueva luz. La pared tiene muchas marcas. Sabe que han pasado muchos ciclos de luz, la pared se lo recuerda, pero han pasado más, ya que empezó a hacer las marcas pasado tiempo en la habitación.

Come la comida con ansia. El plato de comida sólo aparece cuando empieza el ciclo de luz. Nunca se preguntó por qué aparece allí la comida.
Después de comer, anda en círculo alrededor de la habitación, hasta que cansado se sienta a dibujar formas con el palo en la arenilla del suelo.
Así pasan los días, los ciclos de luz, uno tras otro...
Le duele una muela. Nunca tuvo antes esa sensación. Es muy molesta. Cada vez le duele más, le duele el ojo, y la cabeza.Pasa el tiempo y no pinta formas con el palo. Se agarra la cara. Le duele.
Pasa el tiempo y se apaga la luz. Se pone en su esquina, se abraza las rodillas e intenta dormir.
El dolor y algo de fiebre le hacen soñar, con un hospital. Él está tumbado lleno de tubos, de máquinas, y gente vestida de verde gritando, con mascarillas. Vuelve la luz, empieza otro ciclo, y la comida está, como cada día, en la puerta.
El dolor de la muela es intenso, y siente calor, sudor frío. No come nada, el dolor de la muela se lo impide. Empieza a andar alrededor de la habitación, siente malestar por la fiebre, no ha comido nada. No deja de pensar en el sueño. En que nunca antes pensó que podría haber más gente como él. Gente vestida de verde, con mascarillas verdes. Estaba en otro sitio, no era su mundo. Su respiración se acelera. Siente mareos y acaba desplomado.
Está boca abajo y empieza a despertar. Oye un ruido, el golpe de la puerta cerrándose. Se gira pero no ve nada. No sabe que pudo haber sido ese ruido que nunca antes oyó, pero sabe que algo raro ha pasado. Siente algo como agua fría en la frente. Ve el plato de comida, ha cambiado. El dolor de muela es menor y puede comer. Sabe raro, distinto. Después de comer siente alivio y le entran ganas de dormir. El dolor es mucho menor, pero no es hora de dormir, hay luz... acaba durmiendo.
Despierta y hay luz, no sabe si ha pasado otro ciclo o es el mismo. El dolor empieza a molestar. Algo raro le pasa. Empieza a pensar en lo que le ocurre. Es distinto. No para de pensar en la gente del sueño, tapadas sus caras, todos de verde. Los cables, las máquinas...
Pasa tiempo y se va la luz. Se va a su esquina, abraza sus rodillas e intenta dormir, pero no puede. Ha dormido hace poco y no tiene sueño. Piensa.
Pasa el tiempo y oye un ligero ruido. No cambia su posición, sigue abrazado a sus rodillas. Y oye un ligero ruido en la puerta. Parece que la puerta se mueve, se abre muy poco. Se abraza las rodillas con más fuerza. Está agarrotado de miedo, pero se mueve e intenta levantarse. Inmediatamente la puerta se cierra.
Sabe que al moverse la puerta se ha cerrado. Nunca imaginó que esa madera pudiera moverse, no sabía lo que era una puerta. Pero sabe que se ha cerrado al moverse.
Se enciende la luz. Mira y la comida esta vez no está. ¿Qué ha pasado? Empieza a pensar. Si se ha movido, y esa madera se ha cerrado... igual a través de esa madera entra la comida... al moverse se ha cerrado esa madera y no ha podido entrar la comida...
Piensa que esperará a que vuelva otro ciclo, necesita comida, pero también tiene dolor. Piensa que igual fuera de esa puerta hay gente vestida de verde, como en el sueño.
Espera a que pase el ciclo, sigue haciendo formas con el palo, cree que la gente de verde le ve de alguna manera. Mira todas las paredes, el techo, la bombilla, el retrete... Se mira en el espejo y piensa que igual hay más gente como él fuera de esa puerta. Pone la oreja en las paredes. En el sueño la gente de verde hacía ruidos, pero no oye nada. Intenta reproducir esos ruidos y grita, grita fuerte. No para de gritar, Da golpes en las paredes.
La luz se va y él sigue de pie, no se va a su esquina sigue mirando alrededor. Quiere ver qué pasa cuando duerme en su esquina. Después de un tiempo no pasa nada y se va a su esquina, y abraza sus rodillas. No quiere dormir y aguanta sin cerrar los ojos. Sabe que la madera se moverá, como en el ciclo anterior.
Tarda mucho, y siente como los ojos se cierran, le cuesta mantenerlos abiertos. Pero oye un ruido, que le hace despertar. Sabe que es el momento. La puerta se abre, muy despacio, y se queda mínimamente abierta unos segundos. Él no se mueve, tiene que parecer dormido.
Se abre un poco más, pero apenas puede ver nada, no hay luz, y de fuera de esa madera entra una mínima claridad, apenas perceptible. Oye un ruido, y puede ver como al plato desaparece, y un segundo después vuelve a aparecer, con comida. El sudor recorre la frente, las ganas de saltar y ver que hay tras la madera le hacen temblar, pero aguanta, tiene que pensar en lo que ha pasado.
La puerta cierra, pasa muy poco tiempo y vuelve la luz. Se levanta, va a por la comida y tras comer, anda alrededor de la habitación, como siempre. Sabe que tiene que hacer lo mismo de siempre, no sabe por qué, pero lo sabe.
Tiene una sensación extraña, no la sintió nunca, es nueva, se siente observado. El sueño del otro día le hace pensar que pueda haber gente fuera, que le observa. El dolor de la muela le hace pensar que rodeado de cables y de máquinas él sintió eso, dolor.
Un día largo. El palo no dibuja formas. Sólo piensa. Esa gente gritaba para hacerle sentir ese dolor... o gritaba porque no querían que sintiese ese dolor... esas máquinas, esos cables...
Empieza a sentir ese sueño como si fuera parte de su vida pasada. Quizás ese sueño es un recuerdo. Sus únicos recuerdos son sus formas del suelo, sus señales en la pared, el sabor de la comida... y ahora ese sueño, que le hace pensar que fue real, que algo le ocurrió.
Durante el tiempo que recuerda, ha visto como le salían arrugas en los ojos. El pelo crecía, y la barba. Solía arrancarse pelos con los dedos, pero un trozo de cristal del espejo a veces le ayudaba a cortar ese pelo y a veces esa barba.
Sabe que antes de su primer recuerdo en esas paredes pudo pasar algo, y esa gente de verde con mascarillas puede ser un recuerdo de antes. El cree que querían hacer que no sintiera dolor, y que esas máquinas le ayudaban.
Los nervios son cada vez más intensos. Nunca había pensado que fuera pudiera existir algo, pero empezaba a sentir la imperiosa necesidad de salir. Quería ver a esa gente que parecían como él, de verde con mascarillas.
Pensó que esperaría a la oscuridad, y que probablemente la madera se movería, y volverían a llenarle el plato. Nunca pensó que eso pasaba en la oscuridad. Él sólo dormía. El plato se llenaba sólo, sin más.
Esperó sentado en su esquina abrazando sus rodillas. Sabía que si no se ponía así la puerta no se abría. No sabía por qué pero lo sabía. Se sentía observado, más que nunca, y muy nervioso, más que nunca.
Pasa el tiempo, muy lento. El ruido volvió a sonar, la puerta se entreabrió, el plato desapareció. Era el momento, se levantó deprisa hacia la puerta, no veía apenas nada. Empujó fuertemente la puerta. Sintió como una brisa le daba en la cara, algo nuevo para él. Sintió un olor distinto. En ese momento el tiempo pasó muy lentamente.
Todo lo que pasaba en esos 3 segundos era nuevo, distinto. Estaba fuera de esas paredes blancas, pero no podía ver nada. Oyó un gran ruido, como si alguien cayera al suelo, intentó correr pero tropezó con eso que había caído. Su cabeza dio con una pared y perdió el conocimiento.
Sintió voces, y movimientos. Intentó entreabrir los ojos, y empezó a ver una luz intensa que le impedía saber que pasaba. Logró acostumbrarse a la luz, y vio algo, personas, iban de verde, llevaban mascarillas y gritaban. Las máquinas que había a su alrededor pitaban, y muchos cables estaban alrededor de su cuerpo. Sentía dolor, en todo el cuerpo.
Estaba despierto y fuera de esas 4 paredes, había gente, luz, ruido... la gente hablaba: "¡¡¡Ha vuelto, ha abierto los ojos!!!"

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