domingo, 20 de enero de 2013

Patricia Quimera - Smartphone

Hoy Domingo me ha llamado Patricia Quimera para contarme un sueño que había tenido. Más que un sueño se trataba de una pesadilla, ya que la buena de Patri está enganchada a su Smartphone.

Algo horroroso estaba pasando. Una verdadera crisis a nivel mundial. Nadie era capaz de poder atajar tamaño problema.

Bueno, realmente si que había alguien, pero se lo tomaba con calma.

Para salvar el mundo esperaba cautelosa: La Resistencia.





Patricia Quimera - Smartphone


Encendí la televisión para ver Goku, y en todas las cadenas estaban los telediarios dando la misma noticia. Me quedé viendo a Piqueras porque le daba más dramatismo a la primicia (y me gustaba su pelazo):
¡Crisis a nivel mundial. No funcionaba ningún Smartphone! Alguien ha robado todas las baterías de estos dispositivos, y el caos reina en la ciudad. Se me atragantaron los Miel Pops.


Podría ser un grupo de extraterrestres, pensé, que querían ponernos a prueba con el arma más poderosa: la inteligencia.
O igual era la corporación Telesketch, conocidos por ir en contra de los gadgets electrónicos.
Piqueras nos invitaba a mantener la calma mientras lloraba abrazado a su LG con pantalla Amoled.
La cosa estaba regulera.
Mucha gente murió de hipotermia ya que no podían mirar el tiempo en tu smartphone, así que la gente salía en manga corta a la calle y perecía, porque ahí fuera había 5 hostiles grados centígrados. Era horrible. Cuerpos congelados poblaban las aceras de las avenidas.
Las consultas de los psicólogos estaban llenas de gente deprimida, ya que no podían usar el WassUp para hacer quedadas virtuales con sus amigos, ni podían actualizar su Facebook contando lo molesto era un grano por dentro de la nariz, ni mandar un tweet con su foto debajo de la Giralda. Esto sí que era Trending Topic.
Cientos de personas estaban en peligro de morir de inanición: no podían encargar la compra en el Carrefour, ni pedirse una pizza barbacoa con extra de carne y masa gorda. La situación se estaba volviendo insostenible. El Súper estaba debajo de casa, pero... habría que salir a la calle... ¡¡¡Impensable!!!
Varios telecos frustrados intentaron atar varias pilas con celofán del que se pone en las gafa-pasta y unir los bornes con papel de plata del chocolate, pero solo conseguían hacer salir humillo de su Samsung Galaxy III, destrozando sus ilusiones. Sólo les quedó llorar, abrazarse y lamerse los cuerpos.
En la tele contaban como Zara había quebrado porque sus ofertas y anuncios no los veía nadie por la crisis de las baterías de los smartphones. Que desgracia... Con todos los smartphones apagados el mundo se había paralizado, nadie sabía cómo actuar ni que hacer. Los altos ejecutivos no podrían revisar su correo en su IPhone 4. Además, para saber cómo salir de esta situación tendrían que mirarlo en Google, pero su smartphone no tenía batería.
Todo el mundo estaba recluido en su casa. Bueno, todo el mundo no, ya que había un grupo de personas, que desde ahora llamaremos "La Resistencia", que tuvieron que hacerse cargo de la situación, este grupo era: ¡¡¡la 3ª Edad!!!
En los bancos del parque, al solecito, no se hablaba de otra cosa. Los abuelos sabían que tarde o temprano ésto pasaría.
Se pusieron de acuerdo para ir a casa de sus hijos, de sus nietos, sus sobrinos, y sacarles de allí, reunirlos en los parque y plazas y hacerles entender cómo era la vida real, que la burbuja Smartphone había explotado y ésto se podía superar.
Gracias a nuestros abuelos, que siempre se resistieron a usar los Smartphones (no es que no supieran usarlos, no) y que tomaron las riendas de la situación el mundo siguió girando como de costumbre, y la gente empezó a atreverse a salir de sus casas, a ver la calle, el sol, hablar con la gente, ir de compras a la tienda del tío Luis...
Los smartphones desde ese momento sólo aparecerían en los libros de historia como aquel gran error de la humanidad, que gracias a "La Resistencia" se pudo solventar con eficiencia (eficiencia lenta, que si no les subía la tensión).
Los abuelos empezaron a realizar reuniones en las plazas de los pueblos para reorganizar el estado del país, ya que las ciudades se habían quedado sin poder organizativo.
A base de calderetas y de chocolate con bizcocho la gente recuperó sus vidas, esas vidas felices de antes de los smartphones.
Cuidemos a los abuelos.


2 comentarios:

  1. Este pensamiento me ha dejado varias preguntas:

    - Una persona de la 3ª Edad sin descendencia, ¿habría que cuidarla también? No es abuelo\a...
    - La resistencia, ¿es un grupo cerrado a mayores de X años, o cualquiera que no tiene smartphone (un yonki por ejemplo) podría entrar? Molaría ver a un yonki dando clases para reflotar la sociedad.... je....je

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    1. Un Yonki siempre debe tener nuestro respeto, eso se da por supuesto y por eso no está indicado seguramente.
      Son siempre un ejemplo, a veces bueno.

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